La idea de este Blog surgió el pasado 20 de agosto de 2013
en el transcurso de una marcha reivindicativa por el atropello mortal de un ciclista en Madrid como
podéis imaginar, muchos de los comentarios de los asistentes se referían a las
situaciones de peligro en las que nos
vemos implicados circulando en bici por esta ciudad, el poco respeto que
muestran la mayoría de los conductores por los ciclistas, la confrontación casi
permanente que se muestra en cada adelantamiento sin respetar la más mínima
distancia de seguridad, o la cantidad de veces que se recrimina a los ciclistas
por circular por el centro del carril, siendo lo que marca la normativa de
circulación municipal (artículo 39 bis, de la ordenanza municipal de Madrid)
Este planteamiento no es nuevo, de hecho es recurrente que los
ciclistas nos quejamos (creo que con toda la razón) de la falta de respeto que
nos muestran todos los días la mayoría de los conductores; y por otro lado
muchos de los conductores con los que he hablado consideran que muchos de los
ciclistas urbanos circulamos de manera imprudente, que no llevamos luces de
noche, que Madrid no es una ciudad adecuada para ir en bici, bueno el rollo de
siempre, seguro que os suena la cantinela.
Pero Jony planteó una idea muy interesante, que merecía la
pena poner en práctica, en lugar de buscar el ENFRENTAMIENTO al defender
nuetros derechos (bien sabéis que en la mayoría de los casos estaría más que
justificado), podíamos tratar de mostrar mensajes positivos, de agradecer a los
pocos conductores que si que respetan a los ciclistas (que también los hay), de
tratar de crear un acercamiento en lugar de una confrontación. Si rebajamos la
tensión, ganamos en seguridad.
La idea tiene, no cabe duda, un punto de utopía, un poco de
ingenuidad, un pizca de frickada y cierta cantidad de riesgo, así que con esos
componentes, nos venía como anillo al dedo.
Pues manos a la obra, nuestra idea es poner en práctica algo
muy complicado pero en cierto modo también muy atractivo, dado que el
enfrentamiento, el mal rollo y los malos humos no han funcionado hasta ahora,
vamos a probar a utilizar un planteamiento positivo.
¿Como hacerlo? Hemos pensado acometerlo en varios frentes:
1- Llevar mensajes positivos visibles cuando circulamos en
bici. Estamos pensando imprimir chalecos, o parches para unirlos a la ropa o la
bici (mediante belcro o algo así), estos mensajes tienen que ser claros y
generar buen rollo y empatía, en lugar de aleccionar o recriminar. Se trata de “tocar
la fibra” del conductor, haciéndole ver que también es responsable de nuestra
seguridad.
El contenido y formato de los mensajes será el fruto de un
comité multidisciplinar de expertos (osea Jony, yo y cualquiera que se le
ocurra algo interesante) que tras realizar los ensayos y siempre de acuerdo con
la normativa vigente se divulgaran por todos los medios disponibles a nuestra
mano (en este blog, y los que tengan a bien hacerse eco de todo esto.)
2-Generar entradas en este blog apoyando y explicando cada
uno de estos mansajes, así como los resultados obtenidos, las experiencias y
reflexiones relacionadas con esta idea.
3-Intentar que este mensaje positivo llegue al mayor número
de personas posible.
4- Intentar hacer partícipe a conductores de este mensaje
positivo, por ejemplo haciendo pegatinas con mensajes positivos para que
colocar en los coches y demás vehículos que se quieran sumar a la
iniciativa.
Que queremos conseguir:
- Buscar puentes para que la relación entre todos sea menos
crispada.
- Mejorar la imagen de los ciclistas, mostrar una cara
amable.
- Responsabilizarnos más de nuestras actitudes, no se trata
de fustigarse ni mucho menos. Por ejemplo el otro día, en la marcha por el
atropello mortal de Oscar, yo llevaba un cartel denunciando dicho atropello. El
hecho de llevar este cartel me hizo plantearme ciertas actitudes, quizá el
hecho de mostrar este mensaje me hacía responsable para mantener una postura
más cívica (no pretendo con esto quitar culpa a los conductores que transitan
creyéndose los reyes de la jungla, sino más bien hacer un poco de autocrítica
que siempre viene bien, eso sí sin complejos).
Jorge García